Inaugurado el 25 de mayo de 1999 con sede en el antiguo Convento de laMadre de Dios de finales del siglo XVI, el Museo Arqueológico Regionalnació con la intención de ser un potente referente cultural para laComunidad de Madrid en general y la ciudad de Alcalá de Henares en particular. Apostando por las más modernas técnicas y posibilidades de laMuseología y Museografía se ha intentado, durante estos 12 años de apertura al público, que los elementos expuestos fueran lo más accesibles para todos los grupos. Desde las edades anteriores a la Prehistoria humana hasta los siglos XVI, XVII y XVIII los visitantes han podido contemplar una gran cantidad de restos explicados de manera que puedan encajar en sus respectivos contextos. Incluso existe la posibilidad de manipular réplicas de instrumentos líticos para observar su tacto y comprender mejor su empleo. El museo también ha querido estar siempre a “la última” ofreciendo a los visitantes muestras de arte e historia de otros lugares, con exposiciones temporales que reúnen piezas de diversos centros españoles y extranjeros. Lo que se suele ignorar es que como museo arqueológico también tiene la misión de servir de depósito de las piezas de las excavaciones realizadas en suelo madrileño, estudiándolas y conservándolas en la medida de lo posible. Gracias a una serie de acuerdos internacionales ahora este centro ha recibido un reconocimiento internacional con la llegada de unas piezas nunca vistas en España.
El Proyecto Paleontropológico y Paleoecológico de Olduvai (TOPPP) ha enviado a uno de sus codirectores, el doctor Audax Mabulla, especialista en Arqueología de la Universidad de Deer elSalam (Tanzania) para custodiar un “cargamento” que será estudiado en el Museo Arqueológico Regional de Madrid. El yacimiento de Olduvai no solamente es uno de los más importantes deTanzania sino del mundo entero por la cantidad de restos de homínidos pre-sapiens aparecidos.
En concreto los elementos que se han cedido al museo son huesos de la especie conocida comoHomo ergaster, descubierta en los años 70 del siglo XX, que habitó África entre los 2 y 1,3 millones de años antes del presente, siendo la primera que salió del continente diversificándose por su adaptación a los ambientes europeos y asiáticos. Un radio, un fémur y un húmero serán depositados en el laboratorio y estudiados con la tecnología más vanguardista, creando moldes de silicona para obtener réplicas lo más parecidas a las reales con una fidelidad milimétrica. Esto permitirá hacer pruebas más agresivas sin dañar los originales por lo que presenta grandes ventajas en la elaboración de modelos completos de esqueletos.
El proyecto del museo ha sido posible dentro de las líneas de investigación que lleva a cabo y que abarcan múltiples fases y aspectos de la historia humana. De hecho el director del centro,Enrique Baquedano es responsable de las excavaciones que se llevan en Pinilla del Valle, un importante sitio prehistórico y miembro del Instituto de Evolución en África (IDEA) de reciente creación. Otro de los colaboradores del proyecto, también miembro del instituto, es el profesorManuel Domínguez-Rodrigo, docente del Departamento de Prehistoria de la Universidad Complutense de Madrid y que cuenta con más de 20 años de experiencia de campo en yacimientos de Kenia, Uganda, Etiopía y Suráfrica.
El interés del proyecto se centra en poder rastrear indicios que apunten a cuándo y cómo empezaron los humanos a comportarse como tales –costumbres sociales, lenguaje oral, etc.– para compararlos con los datos que se han obtenido en los yacimientos de Olduvai, muchos de ellos conseguidos por especialistas españoles fruto de un ambicioso impulso que será apoyado por la creación de futuras infraestructuras en la zona –como la estación de investigación“Emiliano Aguirre”– y que se espera que vaya a sentar cátedra en los próximos años. En los diferentes puntos de interés de la Garganta de Olduvai el reconocimiento estratigráfico ha permitido conocer no sólo las muestras de industria lítica sino los sitios de ocupación y la fauna de la zona, de la que los primeros homínidos extraían alimentos y recursos. De nuevo nuestro futuro se nos muestra brillante gracias al estudio del pasado
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